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La llegada del trigésimo cumpleaños es, para la mujer, un hito en muchos sentidos. Entre cambios, aprendizaje y novedades, comienzan a establecerse algunos hábitos. A partir de los treinta años la salud, tanto física como emocional, depende mucho de los cuidados y rutinas diarias.

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Comenzar, a partir de los treinta años, una rutina de cuidados de la piel contribuye en gran medida a que se mantenga saludable y, por consiguiente, tersa, radiante y hermosa.

¿Qué rutina facial diaria es recomendable a los 30 años?


Por lo general, a los treinta años la piel no tiene problemas. Es una piel adulta en la que los procesos de renovación celular están activos, hay buen soporte para los tejidos y no hay, todavía, signos de daños por envejecimiento. Estas condiciones de la piel son, justamente, las que querrías preservar; por ende, comenzar una rutina diaria de cuidados, desde ahora mismo, es fundamental. La rutina facial diaria a los 30 debe abarcar tres aspectos: limpieza, hidratación y nutrición.

Fase 1: limpieza


Toda rutina facial debe comenzar por la limpieza de la piel, tanto por la mañana como por la noche. Limpiar la piel implica liberarla de suciedad, células muertas, grasa, bacterias, maquillaje y otros elementos que pueden perjudicarla si no son retirados. Si tu piel es de normal a seca, sigue estos pasos:

1. Lava muy bien tus manos antes de comenzar. Humedece el rostro con agua templada. Coloca un poquito de la crema limpiadora hidratante de CeraVe en la palma de tus manos, ligeramente húmedas, y restriégalas entre sí para emulsionar el producto.

2. Usando las yemas de tus dedos aplica la crema limpiadora sobre tu rostro y distribuye con mucha suavidad como si de un jabón líquido se tratara. La limpiadora hidratante de CeraVe no hace espuma; no obstante, el producto penetra y limpia en profundidad, eliminando maquillaje e impurezas. Su fórmula, no comedogénica, contiene ácido hialurónico, por lo que, además de limpiar, aporta humedad.

3. Aclara con agua y retira el exceso de humedad empleando una toalla limpia aplicada sobre la piel dando pequeños toquecitos

La crema limpiadora hidratante de CeraVe es un producto versátil y práctico que puede usarse tanto para la limpieza del rostro, como de la piel de todo el cuerpo. Úsala en la ducha como sustituto del jabón para limpiar efectivamente tu piel mientras le brindas hidratación.

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Fase 2: hidratación


La piel ya está limpia, sin impurezas ni restos de maquillaje. Mientras todavía está húmeda, es el momento ideal para ofrecerle los beneficios que aporte un producto especialmente formulado para hidratar. Como parte de la rutina diaria, es importante recordar que la piel es un órgano que recubre casi todo el cuerpo, por lo que conviene cuidar de su hidratación total, pero aplicando los productos recomendados para las áreas específicas.

  • Hidratar el rostro. La loción hidratante para el rostro de CeraVe se vale de su exclusiva tecnología MVE® que le permite ayudar a la piel en su proceso de regeneración. De esta manera, su avanzada fórmula ligera que incluye ácido hialurónico y ceramidas esenciales, puede brindar al cutis una hidratación controlada y de larga duración.
  • Si tu piel tiende a tener una textura como de granitos o tiende a ser áspera y rugosa, aplica CeraVe SA, una crema alisadora anti-rugosidades. Este producto contiene urea, ácido salicílico y LHA, para hidratar y ayudar a suavizarla.
  • Hidratar las manos. La crema de manos renovadora de CeraVe reduce la sequedad de la piel, mientras contribuye a restaurar su manto o barrera protectora. Su fórmula es ideal para brindar alivio, hidratación y protección a la piel extremadamente seca y con irregularidades. Una de las zonas más expuestas a las inclemencias del tiempo, trabajo y situaciones de la vida son las manos, cuídalas como se merecen. Y si tienes las manos secas te contamos los mejores consejos
  • Hidratar el cuerpo. La crema hidratante de CeraVe puede aplicarse después del baño por todo el cuerpo. Al igual que los demás productos que hemos mencionado de esta línea, contiene ácido hialurónico y las ceramidas esenciales para aportar la dosis de hidratación diaria que necesita la piel.

Fase 3: crema antiedad


La rutina facial a los 30 años implica el comienzo del uso de un producto antiedad. Con ello prevenimos (o, cuando menos, retrasamos o minimizamos) la aparición de daños que son generados por el envejecimiento orgánico. Asegúrate de usar un producto apto para tu tipo de piel y edad. Aplícalo por las mañanas y por las noches, antes de ir a la cama: así aprovechas todos sus beneficios.

Como ves, incorporar a nuestra vida el hábito del cuidado facial todos los días, desde los treinta años en adelante, requiere un mínimo de esfuerzo y solo basta tener conciencia de que lo hacemos por nuestro bienestar. ¡Ánimo!

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